Odontología adhesiva en casos de bruxismo y desgaste por ácidos
La odontología adhesiva representa una importante innovación en la odontología moderna. Este tratamiento realizado con materiales cerámicos de última generación, que se adhieren de manera eficiente y duradera a la estructura dental, recupera la estética y la función de los dientes.
Las bocas con grandes desgastes debido al bruxismo o los ácidos son las principales beneficiadas gracias a este tipo de tratamiento, al no ser necesarios amplios tallados como en el caso de las fundas o las coronas dentales.
La odontología adhesiva es una alternativa menos invasiva con los dientes que las tradicionales fundas a la hora de tratar bocas con grandes desgastes.
Ventajas y puntos fuertes de la odontología adhesiva
La odontología adhesiva destaca como una solución actual, lógica y efectiva en casos de bruxismo y desgastes por ácidos debido a las múltiples ventajas que ofrece en relación con estas condiciones dentales.
En primer lugar, la resistencia de los materiales adhesivos resulta fundamental en pacientes con bruxismo. Estas restauraciones poseen una durabilidad excepcional y pueden soportar las fuerzas masticatorias excesivas debido al hábito de apretar o rechinar los dientes, proporcionando una protección eficaz contra el desgaste.
La estética dental juega un papel esencial en este tipo de tratamientos ya que los materiales adhesivos ofrecen resultados naturales que se integran perfectamente con los dientes circundantes al restaurar la apariencia estética y devolver la armonía al conjunto dental. Lo cierto es que estos materiales de última generación, al mimetizar las propiedades ópticas del esmalte dental, logran una integración visual perfecta con el resto de los dientes.
Otra ventaja significativa es la capacidad de estas restauraciones para actuar como amortiguadores ante las fuerzas generadas durante el hábito de apretar y rechinarlos dientes. Esta función protectora ayuda a prevenir daños adicionales a los dientes naturales, reduciendo la progresión del desgaste y minimizando el riesgo de fracturas.
Por último, la capacidad de adherirse directamente al tejido dental afectado es crucial. La adhesión fuerte y duradera minimiza el riesgo de fracturas, mejora la resistencia estructural del diente desgastado y asegura la estabilidad a largo plazo de este tipo de tratamientos.
Además, la adhesión directa de estas restauraciones minimiza la necesidad de eliminar grandes cantidades de tejido dental sano, preservando la integridad de la dentición natural. Esta conservación de la estructura dental reduce el riesgo de sensibilidad postoperatoria y contribuye a una experiencia menos invasiva para el paciente.